¿Cómo bajar los costes de limpieza?
Es una época complicada te contamos como bajar los costes de limpieza. Esta pandemia, además de los problemas de salud de la población, nos ha traído una inestabilidad laboral, con cierres de centros, pérdidas de abonados, ajuste de aforos, clases con restricciones, mascarillas… Todo difícil, muy difícil de gestionar.
Uno de los puntos más difícil de gestionar es la limpieza. La limpieza de un centro deportivo, es uno de los costes más elevados. ¿Cómo reducirla sin que el servicio se vea afectado? Desde Netsport lo tenemos claro. Es evidente que la disminución de horas de limpieza, se tiene que notar. Pero los ajustes de limpieza también servirán para darnos cuenta que muchos centros, seguramente estaban sobredimensionados en su plan de limpieza. Es hora de hacer un buen planteamiento. En la limpieza, lo caro no es el precio hora del trabajador, o el producto, o la maquinaria. Lo más caro son las horas innecesarias. 1 hora de un trabajador a la semana, de coste, son aproximadamente entre 45 y 50 €/mensuales. Si se hace un buen planteamiento, las horas de limpieza deben ajustarse a las necesidades del centro. No hay dos centros iguales. No hay dos propuestas de limpieza iguales.
Por otro lado, recordar algo que hemos dicho siempre desde Netsport; en limpieza, muy pocos trabajadores pueden tener jornadas de 40 hs. De la misma manera que los monitores tienen los contratos en función de las horas de actividades, de sala o de socorrismo de piscina. Son muy pocos los monitores que tienen 40 hs de contrato. Además, una jornada laboral de 8 hs., de limpieza, es totalmente improductiva. ¿Os imagináis un monitor que hiciese 8 hs., de clases cada día? Pues en limpieza pasa lo mismo. La limpieza de un centro deportivo es una tarea muy física. Si queremos sacar provecho a esas horas, hay que hacer jornadas partidas, que no superen las 5 horas, marcando muy bien las tareas a realizar. De esta manera, conseguiremos un ahorro.
Netsport lleva casi 20 años haciendo estudios de todas las instalaciones, ajustándolos a sus medidas y al número de usos diarios. Conseguimos ajustarnos a las necesidades económicas, sin que la calidad del servicio se vea perjudicada.
